jueves, 13 de mayo de 2010

TESTIMONIO

Desde ahora en adelante comenzaremos a publicar testimonios de distintas personas y sus ocupaciones o profesión. La de hoy está sacada del sitio universia, pero las siguientes serán de acuerdo a sus propias peticiones y preguntas. Espero sus comentarios.

Claudia Ávila, enfermera. 
Al egresar de enseñanza media Claudia tenía clara su vocación: Salud, de preferencia Kinesiología, pero por poco su puntaje no le alcanzó. Frente a este escenario optó por ingresar a la carrera de Enfermería de la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde se graduó el año 1997, tras cinco años de estudio. Pese a que esta profesión no constituía su primera prioridad reconoce que con el tiempo terminó “enamorada de la carrera”.

En la escuela

-¿Qué te llamó la atención al ingresar a la universidad?
Al ingresar éramos ciento siete, cien mujeres y siete hombres. Era un ambiente súper agradable y variado.

-¿Qué tipo de ramos estaban en la malla?
Tenía muy pocos ramos matemáticos, un porcentaje importante del área humanista, sobre todo psicología y filosofía antropológica, el resto correspondía a asignaturas propias de la carrera como química, biología y psicopatología.

-¿Por qué área pasaba lo más complejo?
El terrible, que corta la carrera, es química. Enfermería se divide antes y después de ella, en primero con la química general y en segundo la orgánica. De ahí tranquilo hasta tercero cuando aparece médico quirúrgico, donde las personas que no les gusta tienden a abandonar.

-¿El nivel de exigencia era muy alto?
Sí, en especial porque desde segundo empiezas a trabajar en terreno por sistema de turnos, lo que te significaba ir trasnochada a clases y rendir las pruebas, entonces no es fácil.

-¿Enfrentarse por primera vez a la sangre y las heridas debe ser impactante?
Más terrible que eso es ver sufrir a una persona. El dolor humano es lo más espantoso, pero ahí viene tu satisfacción, cuando puedes tratarlo y ayudarlo.

Consejo

-¿Cómo debe ser una persona que quiere estudiar enfermería?
Por un lado tiene que tener claro que es una carrera súper sacrificada y antifamilia, y por otro debe saber manejar mucho el dolor de la gente, ya que una enfermera no puede andar llorando por los rincones porque a una persona le duele algo. Hay que tener un carácter muy humanitario, pero a la vez ser fuerte para enfrentar situaciones muy desagradables y terribles manteniendo tu postura profesional.

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